Denominacíón «Amigos del Autismo»

Hay gente que nos ha preguntado por el nombre de la Jornada, les resultaba insólito, incluso alguno pensó que habíamos perdido el juicio, a veces no es bueno ser tan literal como nuestros propios niños.
El motivo del nombre “Amigos del Autismo” viene del amor incondicional hacia nuestros hijos y lo que representan para nosotros, ellos tienen autismo, y con esta metáfora, identificamos a todo aquel que ayude a mejorar la calidad de vida de ellos, nuestros hijos, bien sea a través de la intervención, de la lucha por sus derechos, del ocio, de su amistad incondicional, y sobre todo, queremos dar a la sociedad una visión positiva del autismo, romper mitos y teorías obsoletas, que vean a nuestros hijos como personas con capacidades, busquemos cuales son sus puntos fuertes y partamos de ellos, veamos todo lo que hacen, caminemos hacia lo que no hacen pero con una visión positiva, buscando de qué manera podríamos enseñarles, siempre partiendo de todo lo que si son capaces de hacer, logremos su inclusión en la sociedad, es la sociedad la que debe adaptarse a ellos. Se está creando una corriente de padres y madres, sobre todo a través de Internet, de madres y padres «coraje», de Asociaciones, también con publicaciones como la de «estamos con el autismo» intentando mostrar esta misma visión positiva. Es una fuerza imparable, estamos convencidos de que entre todos, sumando, lo vamos a conseguir, y sobre todo queremos evitar que algún día tengamos que reprocharnos lo mismo que Jean-Louis Fournier, que se explica en la segunda cita a continuación:

Temple Grandin en su libro «Pienso con imágenes», nos dice:

«Si pudiera chasquear los dedos y dejar de ser autista, no lo haría. El autismo forma parte de lo que yo soy». «He encontrado mi lugar en el gran continuo».

Y otra segunda cita, en el libro: ¿Adonde vamos, papá? de Jean-Louis Fournier

Quiero regalaros un libro, un libro escrito para vosotros. Para no olvidaros, para que no seáis tan sólo una foto en un carnet de invalidez. Para escribir cosas que no he dicho nunca, de las que, tal vez, me arrepiento. No he sido un buen padre. A menudo no os soportaba, me resultaba difícil quereros. Con vosotros hacía falta una paciencia de ángel, y yo no soy un ángel. Quiero contaros cuánto lamento que no hayamos podido ser felices juntos, y quizá, también, pediros perdón por haberos fallado.»

También te podría gustar...